Nuestra máquina de pruebas ANSTI puede alcanzar y realizar pruebas a 200 m de profundidad, algo sin precedentes; alcanza el doble de profundidad que la mayoría de las máquinas utilizadas por la competencia, lo que nos permite probar nuestros reguladores en condiciones impensables para otros. Es evidente que un buceador no se sumerge a dichas profundidades respirando aire, pero poder realizar pruebas a esa profundidad nos proporciona mucha información sobre cómo funcionan al límite nuestros reguladores.
Además, nuestra máquina está equipada de modo que pueda abastecerse con gas de botellas, lo que nos permite certificar nuestros reguladores a 200 m con la mezcla adecuada para esa profundidad, que es TX6,7/83,3, según lo definido por la norma británica BS8547:2016.